1- Roturas en los puntos de unión del tubo así como en el propio tubo. Esta es la avería más habitual. A lo largo del tubo de escape se encuentran cada una de las piezas mencionadas hace apenas unas líneas. La unión el tubo con el silenciador y el catalizador en ocasiones puede resultar dañada por la presencia de grietas y roturas, en el peor de los casos.
2- Sale humo de diferentes colores por el tubo de escape
Seguro que no es la primera vez que, caminando por la calle, has visto cómo el tubo de escape de un vehículo emanaba humo de color negro a su paso por la carretera. Este es el síntoma inequívoco de que hay que ir al taller. Houston, ¡tenemos un problema!
Sin embargo, ese humo puede adoptar diferentes colores, indicándonos que la avería procede de distintas partes del vehículo. Toma nota y hallarás en cada caso el motivo de ese tizne.
Humo negro: Si el sistema de escape expulsa el gas de este color, se debe a que quema combustible de más. Tras esta avería, pueden darse problemas en el filtro del aire, en el regulador de presión de combustible, etc. Es importante ponerle solución cuanto antes porque, de lo contrario, nuestro vehículo estará consumiendo más gasolina de la que debería.
Humo azul: En este caso, el problema está en que el motor quema demasiado aceite, por un deterioro de los anillos del pistón y válvulas. En este caso, los profesionales del motor recomiendan revisar el nivel de aceite así como el estado de las piezas indicadas.
Humo gris: Difícil de detectar, las averías habituales señalan a un mal funcionamiento del turbocompresor, así como a un atasco en el sistema de ventilación positiva del cárter, lo que puede conllevar al cambio de válvulas PCV.
Humo blanco: Cuando apenas es perceptible, suele deberse a una acumulación de condensación dentro del tubo de escape. Pero, cuando el humo es denso, el problema indica que el motor está quemando líquido refrigerante. Aquí ya hay que tener cuidado porque puede derivar en una avería importante en la junta de la culata o una grieta en el bloque motor.
3- Exceso de vibración del tubo de escape
En ocasiones es necesario sustituir algún elemento del sistema de escape ya que hay roturas producidas por una exceso de vibración.
Las fijaciones de las piezas no están bien sujetas y, la vibración continua unida al paso del tiempo, al final ha derivado en grietas o roturas. La solución pasa por cambiarlas.
4- Oxidación en los diferentes tubos que componen la línea de escape
A consecuencia de la condensación de agua ocasionada por los gases en los motores de gasolina y la posición distanciada del motor, algunas piezas del sistema de escape pueden oxidarse con el tiempo y deteriorarse, siendo necesaria su sustitución.